¿Qué significa que un gato está estresado y cómo evitar que se pongan nerviosos?
Conocer qué causa estrés en los gatos ayuda tanto a prevenir, como a reconducir situaciones para que los mininos recuperen la calma.
¿Qué es el estrés? ¿Mi gato está estresado? ¿Qué hago para evitar o eliminar la ansiedad del minino? ¿Cuáles son las causas que hacen que un gato sienta estrés? Estas son algunas de las típicas preguntas que nos hacemos las personas que convivimos con gatos, y queremos profundizar en las razones del estrés felino, la forma de prevenirlo y tratarlo, aquellas situaciones que pueden ser más relevantes en la gestión del estrés en gatos, etc.
¿Qué es el estrés?
Empecemos entendiendo que para todo el mundo, los cambios inesperados suelen ser agobiantes, por lo menos mientras nos acostumbramos a lo nuevo. Al gato también le puede ocurrir.
El estrés es la respuesta del cuerpo ante situaciones que generan miedo, amenaza, peligro, frustración o enfado. Puede causar tensión física y emocional.
¿Cómo afecta el estrés en los gatos?
El carácter salvaje de los gatos hace que, entre muchas otras cosas, no muestren sus emociones tan abiertamente como otras especies. A menudo, cuando no se sienten bien, tienden a retraerse y a quedarse callados. Por lo tanto, es necesario observar los signos de estrés que sutilmente pueda presentar tu minino, para poder brindarle el mejor cuidado posible.
Muchos de los problemas de conducta en los gatos se desarrollan fisiológicamente, incluso antes de su nacimiento, dependiendo de factores genéticos y ambientales. Un caso común es el de las gatas que han sufrido estrés o malnutrición durante su embarazo, su camada será más propensa a no adaptarse con facilidad, desarrollar estrés u otros problemas de conducta.
Otra situación común es con aquellos gatos que no han tenido la oportunidad de socializar desde temprana edad en un entorno doméstico puede resultar desafiante y estresante convivir con nuevos olores, vistas, sonidos y todo lo que implica la cotidianidad de un hogar con humanos.
Como vemos, las circunstancias y carácter de cada gato influyen en sufrir estrés. Algunos son más sensibles a los cambios que puedan presentarse en su rutina, como los gatos tímidos y asustadizo. No son capaces de adaptarse a una nueva situación que implique riesgo o amenaza para ellos.
Ante situaciones percibidas como peligrosas, el organismo del gato segrega hormonas y activa determinados mecanismos que le dan la capacidad de gestionar muy bien los sucesos estresantes y superarlos en corto periodo de tiempo. Pero para algunos felinos no es tan fácil adaptarse a lo que consideran una situación de peligro. Al observar a nuestro gato podemos notar ciertas actitudes que nos indican si el minino está sufriendo un episodio de estrés.
¿Cuáles son las señales de un gato estresado?
Algunas señales físicas y conductuales nos pueden manifestar el estado de estrés de nuestro gato. Para algunos mininos, implica cambios de actitud emocional y posibles dolencias físicas.
Señales físicas de estrés en el gato
- Cistitis
- Colitis
- Asma bronquial
- Alopecia
- Hipersensibilidad
- Infecciones
- Aumento en enfermedades víricas y autoinmunes
Señales conductuales de estrés en el gato
- Aumento de agresividad
- Ansiedad generalizada
- Fobias
- Miedos
- Manías obsesivas
- Comportamiento compulsivo (lamido excesivo/ autoagresión)
- Ingesta de objetos peligrosos
- Trastornos alimenticios (anorexia / bulimia)
- Evacuación inadecuada (heces / orina)
- Marcaje con uñas
- Hiperactividad
- Vocalización excesiva
Si detectas algunos de los síntomas físicos es importante que contactes con nosotras.
Diferencias entre estrés felino agudo y estrés crónico o prolongado
El estrés en los gatos se puede diferenciar entre estrés agudo y estrés crónico o prolongado.
Estrés agudo en el gato
El estrés agudo es relativamente fácil de reconocer, puede ser causado por un incidente o una amenaza inesperada.
Signos de estrés agudo
- Inmovilidad
- Cuerpo tembloroso agachado directamente sobre cuatro patas
- Respiración rápida
- Patas dobladas
- Cola cerca del cuerpo
- Cabeza inmóvil, más baja que el cuerpo
- Ojos completamente abiertos
- Pupilas completamente dilatadas
- Orejas aplanadas hacia atrás
- Maullido quejumbroso, aullidos, gruñidos o silencio
- Silbidos, temblores, babeo
- Micción involuntaria, defecación
- Actitud agresiva al acercarte
Estrés crónico o prolongado
El estrés crónico es más difícil de reconocer, ya que puede desarrollarse durante un largo período de tiempo y los signos pueden ser más sutiles; es más probable que afecte a los patrones de comportamiento y las rutinas, y el gato puede:
- Dejar de alimentarse y limpiarse
- Orinar, defecar o comer en exceso (depende del tipo de personalidad)
- Mayor reposo o fingir el sueño
- Esconderse (más de lo habitual)
- Mayor dependencia o aislamiento social (depende del tipo de personalidad)
- Actitudes agresivas hacia personas o gatos de su entorno
- Extrema vigilancia y demasiadas respuestas de sobresalto (saltos al menor ruido)
- Falta de actividad lúdica
- Cambios en los patrones generales de comportamiento, por ejemplo, pasar mucho más tiempo en espacios interiores, independientemente de los cambios de temperatura
- Orina o defecación inadecuadas
- Pulverización de orina en interiores
- Acicalamiento excesivo
- Mayor frotamiento facial, rascado en superficies
- Comportamiento repetitivo fuera de contexto
- Agresión redirigida (a un objetivo que no es la fuente original de amenaza)
- Comportamiento ambivalente (acercamiento / retirada, señales conflictivas que ocurren casi simultáneamente)
Tú mejor que nadie conoces la personalidad y naturaleza de tu gato. Aunque a veces no captamos directamente lo que nos está diciendo, sí podemos ver la razón más allá. Así pues, es importante conectar con nuestro minino, apoyarnos mutuamente, respetando sus espacios en sana convivencia.
¿Qué causa el estrés en los gatos?
Algunas de las situaciones comunes que generan estrés en los gatos son:
- Que tenga que pasar tiempo fuera de su casa: Es posible que en algún momento te veas en la obligación de dejar a tu minino en una residencia, albergue u otra casa; como por ejemplo durante las vacaciones. Esta situación puede causar mucho estrés.
- Irse de vacaciones: Viajar con tu gato parece idílico, puesto que permite combinar el placer de viajar con el de compartir un momento bonito con tu minino. Ahora bien, hay que tener en cuenta el lugar al que vamos y si el gato lo va a aceptar.
- Bañar al gato: La mayoría de gatos no disfrutan con el agua e incluso le tienen pavor. Es verdad que hay gatos que sí que juegan con el agua y existen infinidad de vídeos de gatos disfrutando de un buen baño, pero por norma general no es lo más frecuente. Si crees conveniente que tu gato reciba baños de tanto en cuanto, es recomendable que lo acostumbres a ello desde su etapa de cachorro, es decir entre el primer y tercer mes de vida aproximadamente.
- Visitar al veterinario: Si tu gato no sale con frecuencia de casa o le perturba la visita al médico, es aconsejable que sigas estos consejos el día de la consulta veterinaria: aplicar feromonas en su caja de traslado o transportin, al menos 30 minutos antes de salir de casa. También cubrirla con una toalla o manta. Si hay más gatos en casa, es bueno llevar otra manta de repuesto para después.
- Visitas en casa: Los mininos irán a su aire, reconociendo los nuevos estímulos que aparecen con los olores y sonidos de la visita. Reaccionan de diferentes maneras teniendo en cuenta el lapso de tiempo que la visita va a pasar en casa y la conexión que sientan. Hay gatos que siempre llevan mal las visitas nuevas, como los más tímidos y asustadizos.
- La llegada de un bebe recién nacido: El gato no desarrolla celos pero sí puede variar su comportamiento a causa del estrés y de los cambios en el olor o sonidos de su entorno. Lo más importante es mantener las rutinas del gato, que es un animal de costumbres.
- La llegada de otros gatos: Los gatos no son animales de manada que se muestran receptivos a nuevas llegadas de manera inmediata; al contrario de lo que sí suele ocurrir con los perros. El minino es un animal territorial, por lo que puede reaccionar de manera negativa si siente una invasión en su territorio. Y el gato nuevo puede sentirse perdido e inconfortable frente a un territorio que desconoce. Es recomendable seguir todo un protocolo de presentación entre el gato nuevo y el que vivía primero en la casa.
- Transportin: Es posible que tu minino no disfrute de los viajes en su transportín, aunque a veces es necesario, y es uno de los medios más seguros para trasladarlos, debes tomar ciertas precauciones en su alimentación y preparación del espacio, dependiendo de la cantidad de tiempo que pasará en el transportin.
- Mudanzas: Es frecuente que el cambio de hogar pueda desencadenar en estrés para el gato, ya que son territoriales y desarrollan fuertes lazos con su ambiente.
- Lo que pueda ver por la ventana. Puede ocurrir que un gato doméstico esté sentado mirando por la ventana y vea a otro animal paseando por el patio. Es común que, en esos casos, el minino se sienta frustrado porque no puede salir y defender el territorio. Reacciona atacando repentinamente, ya sea a otro gato de la casa o a el humano que esté más cerca. Esto se conoce como agresión redirigida. Lidiar con esta forma de agresión requiere mantener a tu gato alejado de esa ventana, bloquear de alguna manera la vista, mientras se toman medidas. La idea es lograr que el intruso, causante del estrés en nuestro minino, se marche rápidamente.
¿Cómo quitarle el estrés a un gato?
El sistema inmunológico de los gatos puede verse afectado a causa del estrés prolongado, por lo que reducirlo es un gran avance. Resaltamos algunos puntos claves que te ayudarán a evitar y reducir el estrés en tu felino:
- Asegúrate que el minino tiene todos sus recursos necesarios (cama, escondites, comedero, bebedero, arenero, rascador, juguetes, etc.), ofrécele lugares de reposo.
- Evita el exceso de mimos y sobre actividad, cuando por alguna razón debes pasar más tiempo en casa, la interacción debe ser correcta y cuidadosa, para que llegado el momento, de volver a nuestras rutinas de trabajo, el gato no sienta este nuevo cambio como un estímulo estresante o negativo de abandono.
- Proporcionarle juegos que lo mantengan en forma y activen su curiosidad.
- Ofrécele escondidos, las cajas son una muy buena opción, éstas reducen el estrés. ¡
- Es importante mantener una alimentación balanceada, sin mayores cambios en sus hábitos. Aunque presente una mayor demanda de comida, por cambios inesperados en su rutina.
- Respeta su naturaleza felina. Ofrecer un entorno confortable hará que el gato sienta que puede enfrentar las variantes o posibles amenazas que implican los cambios inesperados.
- Prueba aerosoles, collares y complementos que contienen feromonas. Estos productos imitan a las feromonas que usan los gatos para marcar su territorio, haciéndolos sentir más seguros

Definitivamente, lo primero es detectar la causa del problema y consultar a los profesionales.
Como humanos que convivimos con gatos, tenemos el deber de prevenir la presencia de estrés en la vida de nuestro compañero, y, llegado el caso, tratarlo de la forma más adecuada.